Si hay un lugar que se detuvo en
el tiempo, ese parece ser el pueblo de huari, a cuatro horas de huaraz. Allí,
la población no solo mantiene intactas sus raíces nativas, sino también, sufre
la desazón del abandono de la región: es la única provincia con 16 distritos, que
no cuenta con una vía de acceso de primera calidad.
Las cifras desnudan aquella
realidad. ¡Huari olvidada! Poco podemos
decir de tus adelantos en la política o la economía local, andamos rezagados
por culpa de malos gobernantes, como el
alcalde que solo se preocupa por el reparto del canon minero que es para
sus partidarios quienes apoyaron su campaña política, mientras aquel poblador mira
con atónito el desvió del dinero del
canon.
pocos huarinos luchando contra la pobreza para
salir adelante mientras la ciudad se torna una urbe cualquiera perdida en el
bullicio de miles de ruidos exógenos, fungiendo de adelanto, más bien
confundiendo el desarrollo. ¿Dónde están el coliseo de gallos y el coso
taurino? Convertidas hoy en monumentos olvidados, en escenarios propicios para
el reinado de los cacos y la mala vida. Pistas que fueron, veredas que ya no
son, parques sin verdor, mirador mama shoco a la huachafería, mercados que
venden la antítesis de la higiene mientras la corrupción campea en las
instituciones públicas.
Es que en huari, siempre se come
igual. “Los alumnos desayunan canchita con kuaker, papa sancochada o toman un
tecito. En la lonchera también llevan lo mismo, pero sabemos que esos alimentos
no nutren a los niños. Por eso a veces no captan lo que uno les enseña”,
comenta la profesora. Por si fuera poco, cuando las clases llegan a su fin, los
pequeños retornan a casa y se ven obligados a realizar tareas del hogar. Liz, a
su corta edad, prepara la sopa, lava los platos, cuida a su hermanito de siete
meses y apenas, tiene tiempo para hacer sus tareas. Ella tiene desnutrición.
Entonces, “cómo podemos exigir un mayor desarrollo a los niños cuando existe
una desnutrición a temprana edad muy grande que conlleva muchas veces a
disminuir el aspecto cognitivo de los estudiantes”
¿Pesimismo? Realidad. Cuando
Antamina inicia sus actividades en el año 2002 ubicado en el distrito de San
Marcos, el optimismo se había apoderado de las mentes de los huarinos. Más aún,
tal optimismo era inyectado por los gobernantes nacionales y locales de turno,
cuando en cada instante asociaban, por todos los medios, la llegada de la
transnacional minera con la palabra “desarrollo”. ¡Claro! No era para menos,
puesto que, desde hace siglos, huarimarka era la cenicienta de la región
Ancash. Pues, ni siquiera el reconocimiento como ciudad ecológica significado
en el inicio de su real desarrollo. Entonces, era lógico que ante el anuncio de
la llegada de una de las más grandes empresas auríferas del mundo, a explotar
nuestro oro y otros metales, los huarinos nos llenemos las mentes de optimismo
y de esperanza.
Han sido suficiente 11 años de
actividad minera para que tal optimismo se vaya esfumando del imaginario
popular huarino y sea sustituido por la desconfianza generalizada; quizá los
trabajadores directos, algunas autoridades locales y nacionales y algunos medios
de comunicación masiva, estén exentos de tal desconfianza.
En este contexto, hoy, la
desconfianza, constituye un fenómeno social que está en constante crecimiento y
no sólo tiene como raíz la ausencia de desarrollo, sino otros procesos
negativos alimentan dicho crecimiento: corrupción, crisis económica, pérdida de
valores, demagogia de los políticos, etc. El problema es que la desconfianza no
se limita a un concepto abstracto; pues, ésta se traduce en conflictos
sociales, procesos sociales negativos que, en la actualidad, están marcando la
dinámica social de nuestra región.
Por muchos, con desarrollo; pero,
también existe crecimiento del fenómeno desconfianza. Cabe indicar que mientras
la palabra crecimiento implica sólo cambios cuantitativos, la palabra
desarrollo implica cambios cualitativos, cambios que van de lo inferior a lo
superior. Por lo tanto, la provincia de huari está lejos de haber logrado el
anhelado desarrollo o por lo menos de mostrar tendencias hacia él (su paso del
cuarto al segundo lugar en pobreza, sustentan este argumento) Lo único que ha
logrado es crecimiento: ha crecido la riqueza para un pequeño grupo y, junto a
ello, crece la población, crece el desempleo, crece la delincuencia común,
crece la corrupción, crecen las demandas sociales y crece el descontento y la
desconfianza. ¡la tierra de los mishikankas Crece.