La emotividad envuelve la
celebración del Día de los Difuntos, donde la tradicional visita al
cementerio de nuestra provincia, conjuga la religión, la cultura,
el sentimiento, la solidaridad y las artes culinarias ,Miles de huarinos
acuden al campo santo para visitar a los muertos, limpiar y
arreglar las tumbas, colocar flores, rememorar vivencias y elevar oraciones en
las últimas moradas de sus seres queridos. En la recordación a sus
muertos, la tradición invita a llevar a los cementerios comida para
"compartirla" con los muertos durante la jornada de un feriado largo.
Aunque cada vez con menor apego,
en la tierra de los mishikankas se usa ropa de colores oscuros en el Día
de los Difuntos, principalmente el negro y el morado, como muestras de
dolor ,Con diversas variantes en las tradiciones, en general se visita los
cementerios y aprovechan el asueto para regresar a sus tierras donde les vio
nacer y visitar también a los vivos. Así comentó eudomilia Romero Vidal,
que a sus 75 años de edad, aún participa en la principal costumbre.
Aseguró que esta fecha, aunque
representa tristeza, también significa una época de regocijo, al producirse el
retorno para visitar las tumbas de sus seres queridos de quienes se han ido a
las grandes ciudades en busca de mejores condiciones de vida.
Con diferentes matices, los huarinos casi en toda la provincia
consumen en esta época el tradicional pataje llamado
puchero picante de cuy, acompañado de pan y en conjunto son productos del
sincretismo religioso y el mestizaje gastronómico, que se consumen se
recuerda a la muerte, que para unos es el final de la vida y para otros tan
solo un cambio de dimensión.
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