El inusual incremento del padrón electoral en el distrito de Anra es promovido por candidatos “golondrinos” que residen en Lima quienes al no gozar de la simpatía del electorado local vienen reclutando a incautos ciudadanos a cambio de dinero y trabajo en un eventual gobierno.
La “extraña” variación en la tasa de crecimiento de cambio de domicilio en el distrito de Anra no refleja los rangos históricos. En las elecciones municipales del año 1995 hubo 822 electores; el año 1998 alcanzo 867 electores; el año 2002, el número fue de 891, en el proceso electoral 2006 los electores fueron 767 y para las elecciones del 3 de octubre el número de sufragantes en el distrito de Anra (al 31 de marzo) es de 1,447, con una diferencia de 680 electores respeto al ultimo proceso electoral.
El Reniec publicará el padrón electoral, a fin de que los ciudadanos puedan efectuar tachas y realizará una fiscalización de oficio de la veracidad de los cambios de domicilio, estas buenas intenciones no será suficiente si no se investiga a fondo el atípico incremento de votos “golondrinos” en localidades donde la codicia por el canon minero amenaza convertir las elecciones regionales y municipales en un campo de batalla confrontacional de consecuencias impredecibles.
Los votos “golondrinos” constituyen un atentado contra el derecho de sufragio y, hechos irregulares como en el caso del distrito de Anra que vulnera la voluntad popular debe ser sancionada y castigada con todo el peso de la Ley.
El “extraño” cambio de domicilio en el distrito de Anra es muy sospechoso, las cifras así lo dicen, en las elecciones del año 1995 votaron 822 personas; en las elecciones de 1998 fueron 867; el año 2002 alcanzó 891 sufragantes, el año 2006 los electores fueron 767 y para las elecciones del 3 de octubre el número de sufragantes ya son 1,447.
El JNE, el RENIEC y el ONPE tienen la palabra; los votos “golondrinos” constituyen un atentado contra el derecho de sufragio, hechos irregulares que vulnera la voluntad popular debe ser sancionada y castigada con todo el peso de la Ley.
No hay comentarios:
Publicar un comentario