viernes, 8 de junio de 2012

SEMBLANZA A LA DONCELLA ESCONDIDA EN LA ZONA DE LOS CONCHUCOS- SAN LUIS

El 06 de Junio de 1983 es un día festivo para nuestra “Doncella escondida en la zona de los Conchucos”. Día en que por reconocimiento de su logrado desarrollo fue elevada a la categoría de Provincia. Ello se justifica por el dinamismo trepidante de la vida cotidiana, en la que hombres y mujeres que se suceden vertiginosamente van transformando las estructuras tradicionales como la conciencia misma de la sociedad sanluisina.

Es imperioso en un aniversario más de la provincia, se recuerde que no podemos generar anquilosamientos de retraso y parálisis, por el contrario con una perspectiva más amplia de desarrollo con valores, todos debemos aumentar su trascendencia desde el lugar en que nos encontremos y el sitial que ocupemos.

Los pueblos son lo que sus hijos hacen, teniendo en cuenta que nada es estático por el contrario es dinámico, el calor luminoso y muy festivo del sanluisino permita que nuestra provincia, hospitalaria y generosa recepcione a los foráneos de buenos sentimientos y valores cultivados, rechazando todo intento de contaminación de costumbres y usos pervertidos. Con ello lograremos el respeto de las libertades públicas reconocidas en nuestros ordenamientos jurídicos, expulsando el atropello de quienes se creen mejores que los demás.

 Entre cánticos y coreografías del “paso caballu”, “paso huanquilla”, “huallpa danza” y nuestras variadas mojigangas tengamos la virilidad para despojarnos de la indiferencia y la abulia, por el contrario sea nuestra alegría, el respeto y el cariño a nuestra familia, y coterráneos el que nos permita dar saltos cualitativos capaces de insertarnos al desarrollo tecnológico, y económico en paridad a los pueblos llamados desarrollados. La ansia de vivir con dignidad, logrando bienes y servicios que nos permitan calidad de vida sea con el sudor de nuestra frente, sin ambicionar bienes materiales solo por el afán de codicia.

Con el manto protector de la Virgen de las Mercedes, y de nuestro Señor de Pomallucay, permanente vigilante de nuestros actos, les doy el más caluroso saludo del hermano que en otras tierras recuerda con nostalgia y esperanza de mejores y buenas nuevas para cada uno de los sanluisinos, en este día jubilar. Para lograr una provincia moderna y en marcha con esa savia nueva de nuestra juventud venturosa que como reserva moral de los pueblos debe tomar las postas para continuar construyendo lo bueno y desterrando lo malo. Invoco a un estallido de fuerza de todos sin excepción que les permita ser protagonistas de logros individuales y sentimientos colectivos de progreso y bienestar.

Hasta siempre.

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