jueves, 10 de noviembre de 2011

EMPRESAS MINERAS ¡ENEMIGOS EN CASA!

PARO DE 48 HORAS CONTRA ANTAMINA Y HUALLANCA–CONTONGA POR LAS CONSTANTES BURLAS Y FALTA DE SERIEDAD PARA INICIAR EL DIÁLOGO CON LOS COMUNEROS AFECTADOS POR LA CONTAMINACIÓN AMBIENTAL.

La minería en su conjunto produce toda una serie de contaminantes gaseosos, líquidos y sólidos, que de una forma u otra van a parar al suelo. Esto sucede ya sea por depósito a partir de la atmósfera como partículas sedimentadas o traídas por las aguas de lluvia, por el vertido directo de los productos líquidos de la actividad minera y metalúrgica, o por la infiltración de productos de lixiviación del entorno minero: aguas provenientes de minas a cielo abierto, escombreras, etc., o por la disposición de elementos mineros sobre el suelo: escombreras, talleres de la mina u otras edificaciones más o menos contaminantes en cada caso.

Para nadie es sorpresa que las mineras solo han traído mas pobreza, corrupción política, también podemos citar que han traído los bares, las cantinas, las casa de cita, la delincuencia y la prostitución, ejemplos de los males que van de la mano con las actividades mineras, impactando negativamente en la cultura de los pueblos. Casi siempre hemos escuchado decir: que la minería es necesaria, que traerá consigo nuevos puestos de trabajo. Sin embargo ahí en las regiones donde se desarrollan la extracción de minerales, caso Ancash por ejemplo, ha aumentado la producción, pero el empleo ha ido bajando en la misma proporción. La explicación es que la minería actual es tecnificada, se opera a través de sistemas de computación, y circuitos complejos.

Es tiempo propicio de que los pueblos vulnerados, vilipendiados y abusados por las empresas trasnacionales despierten. La industria minera simple y llanamente es un mal negocio para el país, y en las condiciones actuales no aporta nada al desarrollo de las comunidades. Por otro lado las Consultas Comunitarias han logrado cuestionar y desnudar la caduca institucionalidad del país. El modelo de desarrollo que las mujeres y hombres reclaman es el respeto, la conservación de su patrimonio natural y sus medios de vida, en la construcción de un estado de derecho incluyente, donde el ser humano sea sujeto y no una mercancía.

La minería es un negocio sucio y destructivo. Contamina el aire, el agua; además, las explosiones, la trituración de roca y el transporte masivo provocan contaminación sonora en el área. Así mismo, destruye la tierra fértil, aniquila la vegetación y la fauna. Todos estos daños los provoca sin asumir una responsabilidad económica para mitigar el impacto ambiental y sin compensar a la población afectada. Además, de esta destrucción utilizan enormes cantidades de agua sin pagar el consumo y aprovechan la energía a bajo costo que se concede a la industria. La industria extractiva no representa un beneficio para la población local donde se ejecuta, como tampoco para el país. La industria extractiva no es una industria sustentable; por el contrario, es una industria que destruye la capacidad de producción agraria, daña profundamente la vida económica, política, social y cultural de la población local. No ayuda a resolver las necesidades vitales y menos a afrontar la crisis alimentaria.

No debemos permitir que los ambiciosos y criminales intereses de una minoría destruyan a nuestra Madre Tierra y nieguen el derecho a la alimentación a la mayor parte de la población. Es indispensable concentrar todos los esfuerzos y la inversión en la producción agraria soberana y sustentable. La industria extractiva atenta contra la existencia del campesinado como grupo social productivo, destruye su tejido social vinculado a su territorio, sus recursos y sus formas de organización, producción y vida. La comunidad campesina es una institución conformada por familias campesinas que se organizan bajo determinadas normas y parámetros sociales y culturales, que les permiten producir sus alimentos y aportar alimentos a la población urbana. Es una organización formada para enfrentar las difíciles condiciones físicas y sociales que vive la unidad familiar y cuya existencia les permite subsistir y avanzar. Tiene formas de participación familiar y de cooperación comunal, las cuales son imprescindibles para mejorar los niveles de producción y bienestar.

En honor a la verdad- el sistema capitalista va eliminando del mundo la cultura campesina integral de producir de manera sustentable, al privarla de los medios de producción, al alejarla del trabajo que conoce y ama, y al negarle la posibilidad de reproducción y producción de sus propios alimentos. Es por ello que la pobreza y el hambre aumentan, no solo en la región Ancash- también tenemos  como ejemplo a las regiones como Cajamarca, Moquegua, entre otros-que al fin y al cabo la explotación de estas riquezas solo es un beneficio para unos pocos vivaces y traficantes de la política, que cuantas veces pueden aseguran su bienestar y la de sus familias; y como resultado tenemos los nuevos ricos del Perú.

No hay peor ciego el que no quiera ver, no hay peor ignorante el que no puede analizar y tomar conciencia de la realidad de tantos pueblos estropeados y arrastrados en la miseria total. Por ello la minería solo destruye la tierra productiva para la agricultura y crianza de animales, derriba los bosques, aniquila la flora y la fauna, mata toda la vida del área explotada. Devastar las montañas y los bosques destruye el ciclo normal del agua, provoca que no haya suficiente lluvia, baja el nivel de agua en los pozos, los nacimientos y los ríos se secan.

 Finalmente, surge entonces la pregunta ¿a qué llaman desarrollo las compañías transnacionales de porqueria, la élite de poder y el gobierno cuando dicen que la minería promueve el desarrollo sustentable? La industria extractiva no promueve el desarrollo, sino que destruye las posibilidades de alcanzarlo.

Ante esta realidad la población amenazada y afectada directamente por la industria extractiva en todo el mundo y como en la región Ancash se informa, organiza y resiste para defender su existencia como campesinos, el derecho a la vida y a la producción agraria. Su resistencia la realiza de manera legal, apoyada en las leyes nacionales y los convenios internacionales suscritos por el Estado. Ancash y el país no deben perder soberanía, no es posible que empresas trasnacionales vengan y hagan lo que mejor les parezca. Estoy seguro a un alto índice de ancashinos-peruanos no les preocupa si las mineras tengan que largarse-los perjudicados y no quisieran que esa pesadilla se haga realidad-son aquellos grupetes  de mantenidos, incluido políticos y parte de la sociedad civil común y corriente, que muchos en calidad de dirigentes, como autoridades del estado-solo terminaron vendiéndose ante el mejor postor, cuantos congresistas tienen familiares, amigos ocupando cargos importantes dentro de las mineras, cuantos alcaldes, gobiernos regionales reciben grandes tajadas de estas empresas trasnacionales, a cambio de administrar bien sus silencios cómplices, o que los reclamos de las comunidades afectadas se ajustadas en las agendas del mañana, muy pronto y nunca se resuelven. Pregunto, los intereses de estos sinvergüenzas vamos a seguir defendiendo, vamos a seguir siendo flexibles con las mineras que a buena manera no aceptan el diálogo con las comunidades afectadas. Hágame el favor, es tiempo de mover los pisos y que los pueblos no nos dejemos amilanar por aquéllos que salen a la palestra a defender lo indefendible. Saludos!

         PLUMA: Estrada Romualdo A.
                                                                                       E-mail: pradcatedraperu@hotmail.com

No hay comentarios: