Nunca bien ponderado, maestro hoy te rindo homenaje al celebrase tu Día. Faro de la conducción espiritual y axiológica de un pueblo ávido de conocimiento y progreso, luz más luz del saber, paradigma moral, cuyo rol en la Escuela te ubica como nuestro segundo padre. Revalorar tu labor, no es para nosotros sólo una quehacer rutinario destinado a repetirse los 6 de julio en un país donde fuimos los eternos postergados e incomprendidos.
Durante el presente gobierno del presidente Alan García, estamos reinvirtiendo esa ancestral situación y hoy la educación es política nacional y punto principal de la agenda política, a pesar del maniqueísmo de los agoreros y de las intrigas de los instigadores profesionales. Calidad de la educación significa para nosotros inclusión.
Desde muy joven, en el ande, admiré el apostolado del magisterio y abracé posteriormente esta noble carrera durante mi adolescencia. Coherentes en nuestra propuesta para reivindicar y revalorar nuestra labor y con el dictado de nuestra conciencia histórica, hemos contribuido y asumido tareas históricas como la fundamentación de la Ley de la Carrera Magisterial, Ley Nº 29062 en el Congreso de la República.
Esta norma tiene como propósito dignificar el trabajo del maestro, mejorar sustancialmente sus competencias, y por ende, de sus ingresos, ascensos y sueldos. Y así lo han entendido, por ejemplo, los nueve mil profesores que se han incorporado a la Carrera Pública Magisterial, luego de haber alcanzado méritos y puntajes superiores a la nota 14, evaluación que consideramos satisfactoria.
El noventa por ciento de los docentes que participaron con éxito de las evaluaciones programadas por el Ministerio de Educación así lo han entendido. Tanto es así que el tesón, esfuerzo y sacrificio que implican su preocupación por actualizarse en las universidades del país es el mínimo común múltiple en cada uno de estos casos.
La estrategia de nuestro gobierno de dotar de calidad, eficiencia y equidad a la educación en el Perú, está destinada a la reforma estructural de las instancias de la gestión educativa descentralizada, dentro del marco del actual proyecto educativo nacional.
Y es que los verdaderos maestros se perfeccionan y estudian, mejoran sus competencias, se constituyen en docentes cívicos, sin lugar al proselitismo político, instigación, reclutamiento o apología del terrorista.
En mi rol de docente y promotor educativo durante cuatro décadas y de legislador de la República me encuentro con la satisfacción del deber cumplido, pues sustenté en el parlamento esta nueva Ley Magisterial que tiene como propósito principal revalorar la labor del docente con inclusión social. Y más aún con la buena nueva presidencial de incorporar a la CPM a veinte mil nuevos maestros. ¡Feliz Día del Maestro!
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