lunes, 12 de noviembre de 2012

CALLEJON DE CONCHUCOS, PATIO TRASERO DE ANCASH


POR: Estrada Romualdo A.
ESTUDIANTE UNIVERSITARIO
 Hablar de política, resulta para mi hacer un pate de hígado, y es posible que no sea nada saludable. Pero soy un ciudadano que abraza la verdad en todo momento. En esta oportunidad quiero dedicar mi tiempo  a mi amada y doliente pueblo que me vio nacer-callejón de Conchucos. Para propios y extraños es sabido que  Ancash, es la región que cuenta con ingente cantidad de dinero proveniente del canon minero, y durante estos tiempos de fortuna y oportunidades- lo peor que han hecho nuestros políticos es convertir a Ancash en una región de mediocres. Esa obra es peor y más difícil de curar que la corrupción y el abuso de poder, los otros dos grandes pecados de la política ancashina-peruana. Construir una región lleno de mediocres no es fácil, pero los políticos de pacotilla que tenemos- lo han logrado porque han destruido al ciudadano desde las escuelas y los hogares, desde la infancia, haciéndoles creer que el esfuerzo no tiene valor y que lo que realmente es importante es tener amigos poderosos y disfrutar de los privilegios.
Hace dos meces atrás tuve la oportunidad de visitar muchos Distritos-Provincias, incluido Centros Poblados en el callejón de Conchucos, y pude observar que desgraciadamente hay un alto índice de pobladores, de esta parte de la región Ancash , que la mayoría no tienen rumbo, timón ni capitán; y solo van a donde los vientos, las corrientes y las circunstancias de la vida los empujan, y por consiguiente nunca llegan a ningún puerto seguro sino que siempre están envueltas en torbellinos y problemas. El hambre se come el futuro y la perseverancia de  muchos. La desocupación aumenta día a día y el subempleo sirve a una forma más despiadada de sobreexplotación, la juventud ve postergados sus anhelos de estudios superiores, y a la vez las instituciones educativas brindan cualquier cosa pero menos una enseñanza y/o formación de calidad. La población, sobre todo en los sectores rurales-marginados como en el Callejón de Conchucos, las Vertientes, parte del callejón de Huaylas y vergonzosamente en centros poblados pertenecientes a la jurisdicción de Huaraz sufren grave deficiencia educativa, víctima de un elevado analfabetismo absoluto y también funcional, probablemente el más grave y peligroso. Por estos lugares olvidados y relegados de la descentralización política- es ínfimo el porcentaje de los que estudiaron la secundaria y son miles los que apenas saben pintar su nombre, o leer y escribir, o que cursaron algún año de la instrucción básica o primaria. Este estado de cosas y el embrutecimiento de un vasto sector de la población significan la más cruel tiranía e insultante en pleno siglo XXI.
Entonces la sociedad civil ancashina debe saber que nuestros políticos han conseguido una región donde los canallas campean y dominan los territorios; donde miles de ciudadanos ancashinos de cuello y corbata, hombres de campo-sin importar el estatus social se creen libres-siendo esclavos de la amplia maraña de corruptos que han tomado posición en Ancash, donde muchos defienden los valores, pero no los practican, donde casi todos critican a los políticos, pero casi todos los veneran y doblan el espinazo en su presencia, donde miles se autodefinen como independientes, pero son vulgares borregos sometidos a un grupúsculo de pirañas que se hacen llamar políticos, una legión de empresarios que se arrastran por un contrato público y de tipos que se humillan y babean en espera de un cargo público, donde miles de militantes se someten al jefe, sin dignidad, con la esperanza puesta en alcanzar la cima y poder participar del gran festín de la política y la corrupción.

Ancash ha sido cuidadosamente forjada por unos políticos que se llamaban demócratas pero que siempre fueron tiranos y por un régimen que se autodenomina como democracia, cuando es una vulgar dictadura de movimientos políticos y de políticos profesionales eternos e impunes hasta ahora. Todas las religiones y los códigos éticos condenan a los mediocres con gran dureza, pero el Dios de los cristianos es el más duro de todo: Callejón de Conchucos patio trasero de Ancash. Hemos creado una cultura en la que los mediocres son los alumnos más populares en el colegio, los primeros en ser ascendidos en la oficina, los que más se hacen escuchar en los medios de comunicación y a los únicos que votamos en las elecciones, sin importar lo que hagan. Porque son de los nuestros.
Estamos tan acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla como el estado natural de las cosas. Sus excepciones, casi siempre, reducidas al deporte, nos sirven para negar la evidencia. Mediocre es una región donde sus habitantes pasan una media de 134 minutos al día frente a un televisor que muestra principalmente basura. Es mediocre una region que ha hecho de la mediocridad la gran aspiración regional, por políticos que insultan sin aportar una idea, por jefes que se rodean de mediocres para disimular su propia mediocridad y por estudiantes que ridiculizan al compañero que se esfuerza.

Finalmente cuando uno asoma en algunas regiones, aprovechando la ocasión del viaje-resulta vergonzante ver que gobiernos regionales, alcaldes- como en el caso de Ancash- que cuentan con importantes recursos, los gastan en proyectos que pretenden ganar fáciles simpatías y votos. Y de esta forma, muchos pueblos siguen tejiendo sueños y aun  carecen de agua y desagüe, cuántos niños padecen de desnutrición crónica o que tienen pésima educación, mientras sus autoridades dedican importantes recursos en la construcción de estadios, centros culturales-“tremendos elefantes blancos”; destruyen veredas para construir veredas, en algunas regiones y localidades urbano-marginales, superando el temor a la revocatoria, se viene reinstalando una práctica autoritaria, no se escucha, se impone decisiones, se oculta información, e incluso se viene comenzando con los actos de persecución, amenaza a hombres de prensa cuando tratan de sacudir los trapos sucios.

Muchos alcaldes provinciales, distritales-incluido el presidente regional de Ancash junto a la manga de incompetentes consejeros que no atan ni desatan, no están cumpliendo con las expectativas del pueblo. Solo prima el principio hegemónico de la distribución individualista del resultado neto de la actividad económica. Y a partir de estas evidencias, no es nada extraño constatar que la mayor parte de la población está expuesta a morir de hambre. Solamente se salvan de este triste designio, aquellos que logran encontrar un trabajo. Aunque mal pagados, pueden lograr sobrevivir. Pero, ¿por qué el resto de personas, en condiciones de trabajar, no encuentra trabajo aunque sea para sobrevivir?-la respuesta creo deberían darnos la porquería de políticos que ahora nos gobiernan, y de mal en peor.

Es así cómo en el callejón de Conchucos, por solo mencionar; niños sin padres, o simplemente abandonados; personas adultas incapacitadas de trabajar, ancianos sin derecho a un pago por jubilación, etc., están condenados a vivir una vida humillante y de miseria, sin que exista ninguna razón para ello. Acaso no creen ustedes que la región Ancash que viene contando con mayores ingresos económicos de años precedentes debería ser una “potencia” regional. Pero ese “pero” que nunca falta, qué es lo que viene fallando. ¿Es un asunto de autoridades o de población? No comparto la idea de que la política sea algo abominable u oscura llena de fermentación, puesto que la política solo es la ciencia que está al servicio del hombre, más no el hombre al servicio de la política. Creo yo, que el problema radica en las personas-la clase de “sabandijas” que nos gobiernan, donde muchas veces elegimos a los peores elementos de la sociedad. Ahora ya se dice incluso que para gobernar no se necesita experiencia y conocimiento, sino que cualquier asno puede ser ungido como autoridad, basta que cuente con su cochino dinero.

Cuando entablo conversaciones con muchos jóvenes tanto de las zonas urbanas como rurales-me preguntan si es posible cambiar la política en la región y el país-y claro que sí. Pero requiere que reconozcamos que la corrupción es el número uno, pues corroe,  destruye, mina día a día la moral de los ciudadanos y liquida las instituciones. Teórica y prácticamente quizá sea un complejo aun eliminar la pobreza y el desempleo. Pero no es una utopía para crear sectores económicos que beneficien a la amplia mayoría. En mi humilde opinión los años no deben pasar en vano. Debemos ser  partidarios convencidos de la igualdad económica y social. Pues nuestro compromiso con la sociedad nos llama a una forma de  solidaridad, a una identificación más profunda con los abusados. Pues es una tarea mucho más exigente que requiere acciones en una variedad de campos políticos, sociales y económicos. La sociedad en que vivimos no es un color de rosa, como algunos ilusos y eternos plumíferos de pluma y papel suelen entenderlo. El pueblo siempre tendrá la necesidad de formación y movilización, mientras las barreras de prejuicios e indiferencias no sean abatidos; y los verdaderos políticos, legisladores, estudiantes, profesionales no profesionales en su conjunto obligados a la acción por una verdadera justicia y democracia compartida.  Ancash y el país reclaman políticos que lo defiendan, políticos que respeten la constitución y las Leyes, y lo más importante Ancash reclama políticos que lo amen y defienda. Viva mi amada y doliente pueblo que me vio nacer “Callejón de Conchucos”, en un tiempo no muy lejano-llegara el momento en que el pueblo conchucano juzgara a sus gobernantes. Saludos!

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