El Contralor General de la República (CGR) informó el 31.08.2011 en la Comisión de Fiscalización del Congreso del Perú, de que detectó a 10.659 funcionarios involucrados en presuntos casos de corrupción ocurridos entre enero de 2009 y julio de 2011, es decir, en sólo dos años y medio. Esto significa más de diez corruptelas por día. ¿Cuántos más habrá entre el 2006 y el 2010? Los casos detectados involucran a Camisea, Tren eléctrico, Essalud, Cofopri, Estadio Nacional, reconstrucción del sur, Agua para todos, Pro Joven, Seguro Integral de salud Colegios Emblemáticos, Perúpetro, construcción de hospitales, Sedapal, Banco de Materiales.
Es este último, para ocultar deudas y coimas, funcionarios de la institución decidieron trasladar los documentos a un relleno sanitario para evitar dejar huellas. La cochinada enterrada en la suciedad. Además recordamos casos tan escandalosos como la venta, por no decir, regalo, de los terrenos de Collique que estaban destinados a la aviación civil, la venta de terrenos por COFOPRI, la entrega de puertos, las irregularidades en el Programa Nacional de Alimentación (Pronaa), donde las autoridades apristas se dieron el placer de despedir a dirigentes del sindicato de esa institución que habían señalado indicios, culpas y culpables. Pero además la información no solo se refiere a organismos del gobierno central, sino también de gobiernos regionales y municipales. En honor de la verdad, no todos los involucrados son apristas, aunque la abrumadora mayoría sí pertenece a los registros del APRA.
La información de la Contraloría General de la república nos permite plantearnos la siguiente pregunta: El Perú ¿es un país de corruptos? ¿Qué opina usted? ¿El presidente Ollanta Humala será capaz de combatir la corrupción imperante en el país? El primer gran paso para enfrentar a esta lacra social, pasa por sancionar ejemplarmente a los 10,659 funcionarios involucrados, inhabilitarlos de por vida para ocupar cargos públicos y desterrar la prescripción de penas para casos de corrupción.
Tenemos confianza de que el gobierno de “Gana Perú”, en la misma forma que se ha puesto a la cabeza de la lucha contra la violencia social, lo haga también, contra la lucha de la lacra social de la corrupción. De lo contrario, la salud moral del país seguirá cayéndose a pedazos y los peruanos conviviendo en la podredumbre y la pestilencia social.
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