La pregunta es a raíz de la inverosímil versión dada por los contradictorios voceros que por estos días han aparecido entre, oportunistas e improvisados para arrimarse al lado de la hija del “Chino”. Hace dos semanas se formó una veintena de coordinaciones a fin de hacer posible la reversión del anti voto existente en gran parte de Ancash y entiendo del país hacia la candidata del fujimorismo.
Este hecho pudo haber sido clave en la falta de un trabajo orgánico antes designado a los representantes de Cambio 90/Nueva Mayoría o al menos a los de Vamos Vecino quienes no tienen ninguna vela en este entierro. El oportunismo y la improvisación cunden en las filas del fujimorismo. Aparecen figuras poco conocidas para tratar de amalgamar una masa poco crédula de seguidores sustentados por el más burdo asistencialismo del padre, hoy preso en la Diroes.
La multiplicación de los voceros a falta de un cuadro político idóneo y presentable ha hecho de Fuerza 2011, realmente una fuerza débil para hacer frente a los diversos flancos que se le critica al régimen fujimorista. Los despidos masivos, las esterilizaciones forzadas en contra de la población del ande ancashino así como la férrea defensa de los derechos humanos como los miles de desaparecidos son un saldo que, al parecer, nadie está dispuesto a condonarle al sátrapa y ladrón.
La estrategia con tufo montesinista acerca de un atentado y la movilización de turbas en el día del anunciado arribo de la candidata se derrumban ante las abiertas contradicciones de los propios voceros y oficiosos. En conclusión, Keiko no vino porque aquí no la quieren, porque las heridas de los familiares de los desaparecidos a quienes mandó desaparecer su padre siguen clamando justicia.
Además, porque los ex trabajadores a los cuales su padre botó sin la mayor conmiseración ni remordimiento siguen pidiendo su reposición. Como siempre, frente a estos cuestionamientos seguiremos obteniendo el más prolongado y cómplice silencio de quienes afirman votar por la hija del “Chino”.
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