Las elecciones regionales y municipales del 3 de octubre amenazan convertirse en un campo de batalla sin cuartel. En el distrito de Anra las cosas están al rojo vivo, 9 candidatos en pie de guerra por el botín municipal; la pelea no será nada fácil, está en juego grandes intereses económicos.
El clima electoral puede alcanzar niveles confrontacionales nunca antes visto por la presencia del ejercito de electores “golondrinos”. Los candidatos en contienda van usar todas las armas para ganar y quedarse, han invertido miles de soles en los cambios de domicilio; ganar las elecciones es de vida o muerte.
Los vientos soplan a favor de los candidatos “golondrinos”, las estadísticas no engañan; en los comicios del año 2006 sufragaron 767 electores, para las elecciones del 3 de octubre el numero de sufragantes alcanza la cifra de 1,616 electores, sufre una “extraña” variación del orden de 110.69% respecto al ultimo proceso electoral.
El escenario electoral del horizonte cercano transita por un campo minado de electores “golondrinos” donde los votos cuentan; en estas condiciones nadie en su sano juicio cree en la trasparencia del proceso electoral, ellos votaran por consigna, no por programas y planes de gobierno.
En el tablero del ajedrez político no hay muchos candidatos por escoger, ningunos marcan diferencia. La disputa por el sillón municipal si no pasa un terremoto político será librada entre tres candidatos; Ángel Carrión (MANPE) promotor de los cambios de domicilio, su fuerza electoral descansa en los votos “golondrinos” y Geovani Bueno (Somos Perú), confía ganar las elecciones con el apoyo del pueblo, las bases partidarias y el voto de la juventud.
La coyuntura electoral deja en una inmejorable y expectante posesión al candidato Luís Alberto Sánchez (UPP), para muchos el “out sider”, puede golpear en la recta final. Mientras Geovani Bueno y Ángel Carrión pelean por la plaza electoral de Anra, Sánchez daría la sorpresa con los votos de Cascay, localidad con importante peso electoral.
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