viernes, 15 de junio de 2012

“CRONICA DE UN CRUEL Y SALVAJE ASESINATO”


(UN AÑO DE SENSIBLE FALLECIMIENTO DE FLOR MARIA)
FLOR MARIA MANRIQUE ESPADA (08 DE SETIEMBRE 1985- + 16 JUNIO 2011-Q.E.P.D.G.).
   POR: Estrada Romualdo Almiro
Estudiante Universitario y amigo de Flor María
  El  cruel asesinato se originó el 16 de Junio del 2011 por Franklin Jaimito Ramón Roblesubicado en la zona de Shancayán-Huaraz. El “monstruo de bípedos”, y con la sangre fría reconoció que mató a Flor María Manrique espada  y que lo hizo sin remordimiento alguno y en sus expresiones mostraba una tranquilidad que cualquier ser humano normal no reaccionaría como lo hizo este sujeto. Inmediatamente las reacciones se hicieron notar por cientos de internautas a nivel nacional, y amigos que solicitaban “cadena perpetua para el asesino” incluso pena de muerte como escarmiento, planteándose interrogantes: ¿Cómo es posible que las autoridades le hayan concedido tan solo 35 años de pena privativa de libertad?, no cabe duda que la administración de justicia está en declive, porque  esa clase de gente deberían quemarlos y botarlos a la basura como perros que son....en fin innumerables opiniones y sentidas de condolencias a la familia. Y hasta ahora muchos con los pelos hechos crespo, sin saber nada de la identidad de la tercera persona implicada; porque según las investigaciones del Fiscal provincial y Policía Nacional llegaron a la hipótesis de que Franklin no actuó solo en el asesinato y menos en el descuartizamiento  del cuerpo, sino lo hizo con una tercera persona . Ya se ha cumplido un año luego de este macabro crimen y la pregunta con sabor a “ajo” es dónde esta la tercera persona, acaso falta una aceitada para continuar con la investigación?
Por otro lado, tanto para los familiares como para quienes fuimos amigos(as) de Flor María, resulta inconcebible que un “monstruo” que ha sido el culpable de un horripilante crimen con omisión de amparo, tiranía, estupro, falta de libertad, coerción grave e incesto, debería de habérsele sentenciado con cadena perpetua-que equivale a una muerte lenta, en el presidio.  Porque además de que la cadena perpetua es una pena que priva la libertad de forma indefinida, habitualmente en otros países se aplica como condena de por vida ante una fechoría enorme como la de este sujeto, y que implica la privación de libertad hasta la muerte. En la mayoría de los gobiernos en los que no se contempla la pena capital, la cadena perpetua sin ninguna posibilidad de libertad condicional, es el correctivo más inclemente que se le puede aplicar a un delincuente asesino. Y en honor a la verdad ya es tiempo que se ratifique la instauración de la “cadena perpetua” en nuestra legislación y que los procesados, por transgresiones graves, cumplan las condenas en su totalidad, sin gozar de ningún privilegio carcelario; ya sea sentenciándolo con penas mínimas o tratando de dejarlos en libertad, gracias a que de por medio haya influido el cochino dinero.  Porque no se puede estar aplicando penas privativas que resulten un saludo a la bandera, y lo más grave, como sucede con tantos violadores y asesinos- simplemente dejarlos en libertad; porque esta clase de neuróticos , como el asesino de Flor María son lacras sociales inminentemente peligrosos; por no decir, son un peligro para la Humanidad.
Si bien es cierto que la Comisión de Derechos Humanos de la ONU ratificó una resolución en la que se pedía a todos los países del universo abolir la pena de muerte, proteger la dignidad y los derechos inalienables de toda persona humana, en todos los momentos de su existencia, desde la concepción hasta la muerte natural. “PERO” en su lugar se debe aplicar la “cadena perpetua”. Y como estudiante de leyes entiendo que quizá se trate de un proyecto al mismo tiempo político y jurídico. Pero a la vez tengo la idea clara que el derecho no puede separarse de la política, de la moral y del resto de las actividades humanas. Bien sabemos que las respuestas teóricas y políticas no son fáciles, y sobre todo, en este tema, que nos confronta, nos enfrenta con nuestros propios sentimientos de impotencia y pesimismo. Empero urge salvar nuestra sociedad enferma y fracturada-porque no podemos como sociedad civilizada seguir tolerando-la violencia, y particularmente el homicidio, porque es la manifestación más radical de las asimetrías humanas, y la forma más extrema de expresión y resolución de los conflictos sociales entre las personas y los colectivos.
Al no haberle sentenciado con cadena perpetua a este sujeto: Franklin Jaimito Ramón Robles, en mi análisis particular- tiene algún reconocimiento en el marco de una sociedad que públicamente puede reprobar el “homicidio”, pero que secretamente se siente agradecida con la condena actual que viene cumpliendo. Y a lo mejor algunos hasta defienden al “monstruo de bípedos”, quizá como éste cuadrúpedo que manifestó sarcásticamente que asesinó a Flor María por defensa propia, versión mas descabellada, patética; y que los amigos, familiares y quienes hasta ahora seguimos consternados por la muerte súbita de una joven señorita-llena de vida y de grandes proyectos a seguir-podemos tragarnos semejante disp arate -por el contrario mientras más transcurren los años, estamos pendiente que  Franklin Jaimito Ramón Robles cumpla con su condena, estando alertas a que con el menor descuido hasta puede estar libre incondicionalmente-porque en este “país de las maravillas”, la justicia no depende de su buena aplicación de las leyes-sino de una buena inversión pecuniaria. Que ahora alguien se rasque las vestiduras, lo siento pero es la triste y amarga realidad de un país mediocre como el nuestro. No olvidemos que en este país los pobres tienen que probar doblemente su inocencia, así  nuestro precepto jurídico y humano, que aun figura en nuestra constitución política manifieste que uno es inocente hasta que no se pruebe lo contrario. Pero en el caso de Franklin Jaimito Ramón Robles, más conocido como el “monstruo de bípedos”, ha sido capturado infraganti y es un asesino confeso-por lo tanto es muy bueno advertir que este sujeto cumpla con sus años de condena, libre de algunas maniobras sea por actuación de algún abogado “del diablo” u otras influencias. De lo contrario a los amigos, familiares y las organizaciones civiles que formamos ya una trinchera anti asesinos, sin la menor contemplación saldremos a las calles en busca del responsable que absolvió o intento absolver a este sujeto- “rastrojo de la sociedad”.
Se espera que los medios de comunicación sean también una herramienta clave para conocer, comprender y analizar los problemas de la sociedad. Que un asunto en concreto, como de esta índole se catalogue como problema social, y depende de que se le de o no un tratamiento público. Y en ese paso, crucial para tratar de erradicar la “violencia de género” o el “feminicidio”, es de vital importancia que se tenga una importancia clave por los medios de comunicación en general, y la televisión en particular. Porque  en especial los familiares que han padecido este drama merecen comprensión, pero sería desleal con ellos asumir sin más sus opiniones y actitudes por el hecho de ser expresadas desde el dolor. Instalar las emociones suscitadas por el crimen como pauta de comportamiento público que puede acabar traduciéndose en intolerables presiones sobre la justicia y el legislador. En nuestro país son centenares las mujeres asesinadas a manos de sus maridos y/o enamorados- cuyas dramáticas vidas han quedado impresas en las páginas de los periódicos. Centenares los levantamientos de cadáveres que han recogido las cámaras de televisión. De la inmensa mayoría de ellas hemos olvidado todo, incluidos sus nombres. Pero de las víctimas de alguno de estos horribles crímenes, caso Flor María que fue asesinada salvajemente, no nos olvidaremos jamás.
Pero me revienta el hígado que el Estado monopolice la Justicia, y en este contexto les parece razonable exigirle que se aproxime lo máximo posible a ese modelo ideal en el que “los criminales deben responder ante sus víctimas y éstas tienen derecho a pedir un castigo o una restitución proporcional”. Cuando en realidad la cadena perpetua me parece una pena proporcional como respuesta a un asesinato. Mi referencia básica en cuanto a teoría de la proporcionalidad y el castigo seria consultar a los ciudadanos, y muchos ven que realmente la cadena perpetua es una pena razonable. Y Emprender dicha reforma, lejos de satisfacer una pasional y demagógica reivindicación, supondría recuperar –o dejar clara– la función y el sentido original que, en un Estado de derecho, tienen las penas, que no por nada se llaman así. Ceñirse, por el contrario, exclusivamente en la función reeducadora de la pena, sería entregarse a una visión “terapéutica” que se le ha brindado a Franklin Jaimito Ramón Robles, ajenas a consideraciones de Justicia, que podría llegar al absurdo extremo de que la pena de prisión de un asesino supuestamente arrepentido fuera menor que la de un ladrón de poca monta que no hubiera dado síntoma de querer enmendarse. (...)
En cualquier caso, lo que los ciudadanos vienen transfiriendo al Estado, en el metafórico "contrato social" en el que éste se basa, no es ninguna obligación de "curar" a nuestro agresor, sino el derecho a que se le castigue y disuada. Por ello, ya va siendo hora de que los políticos se pongan de acuerdo en las cuestiones que realmente nos quitan el sueño a los ciudadanos. Donde un millón de veces no hacemos la interrogante de la forma como se viene administrando la justicia, y sin saber si todavía vale pena vivir en este país, que en lugar de adecuarse acorde al sistema moderno, increíblemente hemos replegado a vivir en la edad del “barro”.
Descansa en paz amiga Flor María. ¡Que Dios te otorgue el reposo eterno! Penosa tarea la mía porque tu marchas adelante, te lloramos, es cierto, pero ten la plena seguridad que el llanto no se transformara en olvido sino mas bien en el mas hermoso recuerdo de la amiga que tuvimos la suerte de tener a nuestro lado. En nombre de todos los que te quieren y estiman, te prometo que estarás siempre entre nosotros. En  el momento de  reflexionar por quien te brindo su mano y te vio como a un hermano, y te compartió su vida. Que al verte a los ojos sabía tu alegría o penas, y siempre dispuesto a dar para ti buenos consejos,  se me viene  a  la memoria  el hasta ahora para mí, el inexplicable verso de Ramón Ortega: Y si tengo la palabra tosca, en estas líneas oscuras y sin nombres doblando las rodillas en el polvo, pido perdón a Dios, pero no al hombre. 

No hay comentarios: