ü A 4 000 m .s.n.m, usuarias del Programa Juntos cultivan verduras y hortalizas
ü Familias muy pobres emprenden tenaz lucha para salir de la pobreza
Ancash. A cuatro mil metros de altura, un grupo de 18 beneficiarias del Programa Juntos protagonizan una verdadera lucha para vencer las inclemencias de la naturaleza y sembrar hortalizas y verduras en biohuertos familiares para mejorar la alimentación de su familia y ganarle a la pobreza extrema.
La historia de estas tenaces beneficiarias de la comunidad de Chaupiloma, distrito de Cajay, en la provincia de Huari, empezó el 2008 cuando junto a sus esposos e hijos instalaron fitotoldos al costado de sus viviendas para iniciar cultivos a escala familiar. Estas mujeres estaban decididas a llevar a la práctica lo que aprendieron en los talleres, coordinado por el Programa Juntos, la ONG ADRA, el Centro de Salud y las autoridades municipales.
En los biohuertos familiares estas emprendedoras mujeres siembran repollos, zanahorias, betarragas, apios, cebollas y lechugas que cultivan con sistemas de riego por aspersión que instalaron con ayuda de organismos no gubernamentales que promueven el desarrollo socio económico de las poblaciones.
Una parte de las hortalizas y verduras que cultivan las madres de Cajay se destina al autoconsumo familiar para mejorar la alimentación de los niños y la otra la venden en el Mercado Modelo de la ciudad de Huari. De esta manera obtienen mayores ingresos económicos para mejorar sus condiciones de vida.
En la misma senda que las madres beneficiarias de Juntos en Chaupiloma, está otro grupo de madres no beneficiarias que viven en el mismo caserío y que han aceptado el cultivo de hortalizas y verduras en biohuertos familiares como una manera rápida y accesible para mejorar la nutrición de sus hijos y los ingresos familiares.
Las familias usuarias del Programa Nacional de Apoyo Directo a los más Pobres – Juntos están muy motivadas con su esfuerzo y sus logros y tienen claro que la alimentación de sus hijos es importante desde la etapa de gestación de la madre.
“Ahora en nuestras casas las mamás tienen más variedad en la comida y si pueden preparan alimentos balanceados”, relata el agente municipal de Chaupiloma, Eloy Malvas Rubina.
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