Es necesario elaborar un paquete de medidas anticorrupción que fije una política represiva contra los corruptos y, a la vez, una política de prevención contra esta lacra social
declarar la imprescriptibilidad de los delitos de corrupción en agravio del estado y la inhabilitación a perpetuidad de la función pública a quienes cometan esos latrocinios, será un “duro golpe” contra esa lacra social, sostuvo el ex procurador anticorrupción, Luis Vargas Valdivia.
Tras saludar la propuesta presidencial de eliminar los beneficios penitenciarios para los corruptos, Vargas Valdivia consideró “inaceptable” que muchos de los funcionarios sancionados administrativamente e incluso algunos condenados por la justicia, hayan logrado reinsertarse en el aparato estatal.
según la contraloría general, el país pierde entre seis mil y ocho mil millones de nuevos soles por la corrupción, ya que este problema alcanza a muchas instituciones públicas e involucra a muchos funcionarios.
Desde el año 2009 un total de 2,477 denuncias fueron presentadas contra funcionarios que cometieron diferentes actos de corrupción durante el gobierno aprista, indicó la contraloría.
Vargas Valdivia dijo que es necesario elaborar un paquete de medidas anticorrupción que fije una política represiva contra los corruptos y, a la vez, una política de prevención. También propuso promover la ejecución de algunas reformas, como limitar los alcances de la inmunidad parlamentaria para incluir los casos vinculados a corrupción.
“solamente los delitos de opinión y lo relacionado al ejercicio propio del cargo de parlamentario deben estar protegidos por la inmunidad, lo demás no, porque en estos cinco años la inmunidad ha sido sinónimo de impunidad”, subrayó.
Esto es lo que el país quiere que cambie. Queremos una nación con equidad, donde haya justicia social, donde las leyes se apliquen a todos por igual sin distinción de nivel social, político o económico. Penosamente, todavía hay jueces sometidos al poder político o que dictan sus fallos teniendo en cuenta la posición social, económica o el cargo que ostentan algunos imputados. eso debe acabar para siempre.
Aspirar a un país diferente implica una transformación total de los peruanos en sus niveles de gobierno, para volver a nuestras raíces donde se alcanzó el desarrollo de una sociedad próspera con justicia social, respeto por principios éticos y morales indesligables de todo buen ciudadano. No podemos jactarnos de tener un país con crecimiento económico mientras tengamos como lastre estos males que nos marcan y corroen las bases de la institucionalidad democrática.
La tarea del nuevo gobierno que hoy se inicia debe ser apuntar a esa transformación que la mayoría anhela: un perú no solo con desarrollo económico, sino con desarrollo integral que incluye el desarrollo por lo ético y lo moral, respeto por la constitución para que no siga siendo solamente la ley de leyes, sino que la respete como tal, y que el reconocimiento de la persona humana se cumpla sin discriminaciones de ningún tipo.
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