La corrupción está infestado en casi todos los rincones de la provincia, se viste de empresarios y proveedores, camina por las calles a vista y paciencia de la población, se refugia en los bolsillos del canon minero; está claro que los empresarios sólo son trampas para saquear nuestros recursos y desarrollar la corrupción, por eso muchas empresas están exoneradas de impuestos y no pagan otros derechos. la corrupción también se encuentra en las ugeles, en la distribución política pública de poder, en la prensa, en entidades estatales y privadas entre otros; gran cantidad de personas se encuentran involucradas en este problema social que acarrea muchos males. “en esta sociedad, si quieres asegurar algo que este a tu favor hay que envaselinar la mano”.
El mal elemento de la corrupción no permite que los pueblos avancen, beneficiando a unos pocos y perjudicando a la gran mayoría. Este fenómeno hace que la ciudadanía tenga desconfianza, provocando insatisfacción y desigualdad social. Los estudios muestran que a mayores niveles de corrupción menores índices de crecimiento económico y por ende menor desarrollo de los pueblos.
La corrupción llegó al Perú con la invasión española, según algunos historiadores hubo tráfico de influencias entre gobierno, criollos y encomenderos, siguió en los siglos XIX, XX y XXI en forma de contratos y concesiones de salitre, minerales, guano, puentes, vías, construcciones, ferrocarriles, etc. La corrupción nos visita desde tiempos muy remotos, cuando los conquistadores luchaban por la adquisición del oro y la plata; si hacemos un recuento de por qué ha existido corrupción, los datos estadísticos apuntan al enriquecimiento fácil e ilícito; es decir, el dinero sigue siendo la fruta más codiciada por los corruptos y las leyes son para ellos sacian sus apetitos personales, mientras que para los pobres la ley es más dura o muchas veces se encuentra ausente
Amigos huarinos, es hora de desinfectar a la región autónoma de conchucos y sancionar a todos los corruptos que se nutren a costas de no generar desarrollo e incrementar el hambre con el dinero del pueblo, que no te sorprenda la corrupción si observas algún acto denúncialo, no te conviertas en aliado de la corrupción, que no te atrape la corrupción, fortalece tu moral; la moral de la sociedad se está descomponiendo, es momento de buscar antídotos que permitan reformar o recuperar la moral de los pueblos.
EFECTOS DE LA CORRUPCIÓN
Los hechos de corrupción pública provocan indignación por distintos motivos. Aunque las investigaciones se hallan en curso y no es debido prejuzgar si ha habido motivaciones políticas que puedan atribuirse a un partido determinado, ciertamente tales hechos tienen efectos políticos contingentes y de largo alcance, al margen que se verifique o no una relación causal entre tales hechos y algún objetivo político.
El solo acto de apropiación de funcionarios que hubiesen actuado como delincuentes comunes daña la función pública y al sistema político en su conjunto, degrada las instituciones y termina dando más argumentos a quienes no quisieran tener un Estado legítimo, precisamente porque sus funcionarios han perdido la decencia y la buenas costumbres.
Por estas consideraciones, creo, la corrupción en la actividad pública representa un costo social mucho mayor que las jugosas cantidades de dinero sustraídas al patrimonio fiscal; los corruptos son enemigos viles de ese valioso fragmento de la moral social relativo a la propiedad sobre la base del trabajo, y que a duras penas resiste tantos otros embates desde la codicia y la ambición.
No es políticamente correcto hablar hoy de “pecado”. Sí de “corrupción” moral. Es lo mismo. La brea de la corrupción moral nos salpica a todos los humanos sin distinción.
*He aquí algo de lo que dice la Biblia, al respecto: Todos somos pecadores. “En la culpa ya nací, pecador me concibió mi madre”. “Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?” Si decimos “No tenemos pecado” nos engañamos y la verdad no está en nosotros”. “El cadáver no se queja de los gusanos que le comen, porque él los cría; cada uno mire no corromperse, porque será padre de sus gusanos” “El pescado empieza a corromperse por la cabeza”. “El que esté sin pecado que arroje la primera piedra”.
Termino con un consejo de la Biblia: “No juzguéis y no seréis juzgados. No condenéis y no seréis condenados. Con la misma medida que uséis, la usarán con vosotros
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