miércoles, 9 de febrero de 2011

TONTOS ÚTILES, LISTOS INÚTILES


 Existe últimamente tantos tontos útiles -que hay a quienes bien sirven sus tonterías- que en nombre de una supuesta y elevada libertad dedican su tiempo y sus esfuerzos para vociferar y tratar de convencer que votemos por un candidato presidencial-supuestamente idóneo, honesto y responsable. Pero ese “pero” que nunca falta, a mí en particular todo ello me hace creer que no es más que con la finalidad de satisfacer algunos apetitos personales. Porque de hecho, la burocratización genera la irresponsabilidad, y en esas condiciones, la irresponsabilidad y la ausencia de solidaridad han y siguen favoreciendo la holgazanería y, sobre todo, la corrupción de los funcionarios, tanto más dado que en nuestras sociedades la degradación de las solidaridades tradicionales, el afán de lucro y la obsesión por el beneficio favorecen la instauración de la corrupción en el corazón mismo de los Estados.
Quizá el o el gran ejército de tontos útiles, que vemos a diario tocándonos las puertas y entregando panfletos, aquellos que sin tener idea de nada se suben a los coches-porque mas allá de saber quién debería ser el nuevo presidente de la república-solo gustan de pasear o ser participes de algún trago y wisky. En fin estos que tal vez aparenten de útiles, quizá no lo sean tanto, necesariamente, por sí mismo, como algo innato en él o ellos, sino que puede serlo por contagio, en cuanto que se dejan llevar por otro tipo de “embaucadores”, más listos que ellos, ya dice un adagio “divide y reinaras”- éstos  que sí saben a quién engañan y por qué lo hacen, aunque de eso el tonto ni se entere, que no es precisamente la búsqueda o la defensa de la victoria de un candidato o los candidatos presidenciales, que ofreciendo el oro y el moro llegan al poder, sin principio ni ética, donde jamás han llegado al “Perú profundo”, y se autodenominan de salvadores de la patria.
A mi particularmente me revienta el hígado cuando alguien miente con tanta precisión que sabe bien que no va cumplir lo que promete, y como vivimos en un país gobernado por vendedores de cebo de culebra y/o demagogos de m..; donde la ignorancia y la avaricia han prosperado de manera galopante, todo el mundo vive en el sueños de los justos, hasta aquél que un tiempo hizo nada como político y ahora que vuelve a postular es nominado de blanca paloma y todavía algunas prensas podridas y semi-analfabetos dirigentillos de pacotilla vienen haciéndole campaña. Otros candidatos(as) en la misma situación, y gracias al apoyo de sus lacayos  insultan, mienten obedeciendo a unos fines particulares y concretos, bien definidos, y con la esperanza -ya con la certeza, tal y como están las cosas- de que toda una legión de tontos útiles se hará eco de sus insultos y calumnias hasta que la extensión de la mentira sea tal que haga pasar a ésta por verdad. Pues Para eso sirven los “tontos útiles” a esos listos que para la sociedad no son sólo inútiles, parásitos inservibles, que solo causan rabia, siembran cerrazón y obstáculos-estos que ni siquiera hacen nada por una patria mejor, donde valga la pena vivir-sin embrago se dan el lujo de traerlo todo abajo -pues nada constructivo aportan- solo son nocivos -que todo lo que pueden aportar son daños y perjuicios; y nada mas-. Pero aún así, y en nombre de la verdadera libertad -y no de ésa que ellos dicen representar en exclusiva, pura pantomima-, soportamos estoicamente sus desvaríos, tan inútiles como ellos mismos-¿hasta cuándo?.
Y es que, en resumen, a los listos inútiles sólo les hacen caso sus tontos útiles. Y a estos nadie más, excepto otros tontos como ellos, y sé que tú no eres ese “otro”, porque tengo aun la certeza de que a pesar de los difíciles momentos, de nuestros labios brotan y brotaran “que el único candidato capaz de cambiar el país es el pueblo”, aquel pueblo luchador y valiente que siempre se hizo y hará sentir en las calles, aquellos jóvenes de conciencia cívica, jóvenes amantes de la praxis, que como en el ayer-seguiremos inmolándonos en defensa de la causa justa-nadie debe arrebatarnos los derechos ganados. Haya los tontos útiles, aquellos imbéciles en mente y acción, que piensan que hacen el papel de los respetables “vivaces”, pero solo quiero que entiendan e indaguen -si es que aun tienen siquiera un gramo de cerebro; que con o sin sus apoyos-estamos metidos en un mismo saco, vivimos en un país donde la riqueza es patrimonio de unos pocos y la pobreza de muchos. Pues “la lluvia aun nos moja a todos” y nadie puede aun sacudirse del polvo brutal de la injusticia, mientras no haya UNIDAD

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